Abstract
Objective
Research has demonstrated mixed results regarding the direction of the association between vagal activation and disordered eating. The current meta‐analysis examined studies testing the link between resting‐state heart rate variability indices of vagal activation (vmHRV), and both clinical and subthreshold disordered eating.
Method
A systematic search of the literature resulted in the inclusion of studies that were correlational (associations between HRV and disordered eating symptoms) and that examined group differences (e.g., control group vs. disordered eating group), for a total of 36 samples.
Results
Findings indicated a small but reliable association of vmHRV with disordered eating, r = 0.12, indicating greater vagal activation in individuals with disordered eating compared to those with little or no disordered eating behavior. Moderation analyses identified predictors of the vmHRV/disordered eating association. Bulimia nervosa was found to have a large, positive effect size with vmHRV, r = 0.60, which was significantly greater than all other types of disordered eating,
Q
T = 10.74, p = .047. Compared to subthreshold disordered eating, clinical eating disorders demonstrated significant, persistent increased vagal activation with a medium, reliable effect size, r = 25, Q
T = 3.94, p = .045.
Conclusion
These insights contribute to an improved understanding of the pathophysiology in disordered eating.
Resumen
Objetivo
La investigación ha demostrado resultados mixtos sobre la dirección de la asociación entre la activación vagal y la conducta alimentaria anormal. El presente metaanálisis examinó los estudios que prueban la relación entre los índices de variabilidad de activación vagal de la frecuencia cardíaca en estado de reposo (vmHRV) y la conducta alimentaria anormal tanto clínica como subclínica.
Método
Una búsqueda sistemática de la literatura resultó en la inclusión de estudios que eran correlacionales (asociaciones entre HRV y síntomas de conductas alimentarias anormales) y que examinaron las diferencias grupales (por ejemplo, grupo control versus grupo de conductas alimentarias anormales), para un total de 36 muestras.
Resultados
Los resultados indican una asociación pequeña pero confiable de vmHRV con conductas alimentarias anormales, r = 0,12, lo que indica una mayor activación vagal en individuos con conductas alimentarias anormales en comparación con aquellos con poca o ninguna conducta alimentaria anormal. Los análisis de moderación identificaron predictores de la asociación vmHRV/conducta alimentaria anormal. Se encontró que la bulimia nervosa (BN) tenía un tamaño de efecto positivo, grande con vmHRV, r = 0.60, que era significativamente mayor que todos los otros tipos de conductas alimentarias anormales, QT = 10.74, p = .047. En comparación con las conductas alimentarias anormales subclínicas, los trastornos de la conducta alimentaria clínicos demostraron una activación vagal aumentada significativa y persistente con un tamaño de efecto medio y confiable, r = 25, QT = 3.94, p = .045.
Conclusión
Estas ideas contribuyen a una mejor comprensión de la fisiopatología en las conductas alimentarias anormales.